Ya han pasado casi tres años de la publicación en el BOE de la modificación de la ley del medicamento, la cual capacita a las enfermeras a prescribir (indicar) medicamentos no sujetos a receta medica y productos sanitarios, y algunos medicamentos sujetos a prescripción médica según guías clínicas y protocolos.
Esto fue en diciembre 2009, y ya metidos en un caluroso agosto del 2012, lo que dice la ley no se ha llevado a cabo. Puedes pensar, será que es muy laborioso hacer las guías y protocolos, respuesta no, porque hay mas guías y protocolos que recetas de cocina, solo hay que juntarlos, revisarlos y unificarlos, y eso no creo que cueste tanto. Puedes pensar será la crisis, pero no creo que esto tenga una gran repercusión económica para el estado, si no todo lo contrario, una mejor utilización de los recursos humanos en el ámbito de la sanidad. Podría ser malpensado pero no me gusta serlo, así que no iré por ese camino.
Mientras tanto yo sigo recetando en mi centro de salud, gracias hay que nuestros compañeros médicos nos delegan su confianza, pero no la responsabilidad que sigue siendo suya de una prescripción que yo hago a su nombre, pero que va bajo mi criterio clínico de enfermero. ¿Qué pasa si yo como todo ser humano un día me equivoco y cometo un error en la indicación de un fármaco? ¿Quién es el responsable yo o el medico que firma la receta, que ni siquiera ha visto al paciente y ni sabe que prescripción he hecho? Hay que recordar que a día de hoy la prescripción es electrónica y que el programa informático como tengo delegada la confianza con mi login me deja hacer todo tipo de recetas sin la necesidad de ninguna autorización ultima por parte de un médico.
El otro día bromeando con una doctora de mi centro me dice oye para coger mis recetas me tienes que pedir permiso y yo le conteste ya tengo tu permiso me tienes delegado, todo esto entre risas.
Ahora hablando en serio esta situación no es justa ni para médicos ni para enfermeros de primaria, cada uno es responsable de sus actuaciones y si yo indico un fármaco es mi responsabilidad, pero tiene que constar mi nombre y mi firma en la receta no la de un médico.
La ley en el 2009 nos capacita, el ICS fomenta que prescribamos bajo protocolos, pero de momento el nombre del profesional enfermero no sale por ningún lado.
Han pasado casi tres años y seguimos en el mismo punto, no puedo completar mi trabajo porque no me dan los medios para ejercer la capacidad que la ley me ha otorgado como enfermero, gracias a los médicos que de forma confiada nos delegan sino el sistema sanitario se colapsaría.
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